domingo, 3 de octubre de 2010

COMUNICACIÓN: LA DEMAGOGIA DEL CONCEPTO DE POBREZA

El pasado jueves, 1 de octubre, en el marco de las VII Jornadas de Solidaridad y Cooperación Internacional de la Federación Canaria de Municipios (FECAM), nuestro compañero Gregorio González presentó la siguiente comunicación que te ofrecemos por lo interesante que consideramos que es:




COMUNICACIÓN

LA DEMAGOGIA DEL CONCEPTO DE POBREZA

Esta comunicación nace de los debates, discusiones o posiciones encontradas, que los que defendemos que la Solidaridad Internacional o lo que se llama Cooperación al Desarrollo, bajo el concepto de búsqueda de la equidad y de la justicia social entre los países enriquecidos y empobrecidos, hemos tenido que defender siempre ante aquellos que tienen una visión más económica o incluso más egoísta de estos conceptos y que en los últimos años se ha acentuado a consecuencia de la crisis económica que vivimos en un país enriquecido como el nuestro.


Quiero dejar claro que gran parte de esta exposición hace referencia a una opinión personal y que lo que se busca es el debate y la sana discusión y simplemente hacer reflexionar sobre la concepción de la pobreza en el plano de nuestra sociedad con una visión crítica hacia la globalización, que como fenómeno, arroja, entre otros, un efecto inesperado, es decir, que la población de los países pobres conoce perfectamente la riqueza y el desahogo con que se vive en otros lugares del mundo y es consciente de esas desigualdades. Se globalizan la información y las corrientes financieras, pero no los derechos de la gente, ni el desarrollo humano, ni el bienestar. Son a día de hoy 3.000 millones de seres humanos los que sufren este sentimiento de injusticia.

Es común escuchar de nuestros vecinos (hablo como responsable político de una institución local) frases como: “no sé como se atreven enviar dinero a África con lo mal que lo estamos pasando aquí” o “se preocupan primero de ayudar a los pobres de afuera con todos los pobres que tenemos en nuestra tierra”.

Pero también debo señalar las disputas con nuestros propios compañeros Alcaldes y concejales con los que con algunos hemos tenido fuertes discusiones por que apuestan  a decir “que ahora es el momento de ayudar a nuestra gente y hay que olvidarse de las ayudas al exterior”.

Y además dentro de todos estos posicionamientos  entra la demagogia política entre los partidos que tienen responsabilidad de Gobierno con aquellos que realizan tareas de oposición, indistintamente de siglas políticas, donde normalmente estos últimos intentan sacar rédito político o desacreditar la labor del grupo del Gobierno cuando estos desarrollan materia de Solidaridad internacional.

Son muchos los compañeros que apostando fuertemente y realizando un trabajo extraordinario por la Solidaridad Internacional nos plantean las dificultades que tienen para defender estos planteamientos ante vecinos, partidos políticos e incluso con sus compañeros y que hacen que se retraigan en sus acciones.

Por esta razón desde la Comisión de Solidaridad y Cooperación con los pueblos de la Fecam se creyó conveniente que para estas jornadas se debe aclarar determinados conceptos y trabajar bajo la responsabilidad que cada uno ocupemos de sensibilizar a la población de que en materia de Solidaridad Internacional  no debe haber ningún tipo de controversia política, ni discusión alguna de la responsabilidad que los países enriquecidos tienen con los más débiles, desfavorecidos o empobrecidos ya que esa situación es provocada por la relación de dependencia económica que históricamente vienen condicionadas entre los países que hacen que haya una perpetuidad de la pobreza en los países empobrecidos. Por esta razón, existen innumerables indicadores para medir la pobreza, y que por tanto no es lo mismo la pobreza en nuestro país ni como puede ser concebida por la población con la de los países empobrecidos la cual, como se ha dicho, es perpetua (no es debido a una crisis económica coyuntural sino que dicha crisis es imperecedera).

Como se ha dicho hay innumerables formas de medir la pobreza e igualmente distintos definiciones del término pero no se intenta hacer una exposición teórica ni analítica del concepto pobreza, para eso existe bastantes documentos y literatura, es por lo que me voy a permitir hacer una comparación de la pobreza entre los países enriquecidos y empobrecidos.

Para los países enriquecidos que son aquellos que tienen una alta renta por cápita, es decir, unos elevados ingresos medios por persona, una industria potente y tecnológicamente avanzada, un alto nivel de vida, que se refleja en el desarrollo de las infraestructuras y en la cantidad y calidad de servicios sanitarios, educativos, culturales, etc. y parte de este desarrollo lo obtienen entre otras razones por que empobrecen a otros países asignándole préstamos, por tanto originando deuda a los mismos o aprovechándose de los recursos a través de las relaciones internacionales entre otras cosas con las ayudas oficiales al desarrollo y generando por tanto una relación de dependencia económica entre empobrecidos y enriquecidos que hacen que estos últimos obtengan un mayor desarrollo y los otros un exiguo crecimiento forjando mayores desigualdades.
Mientras para los países enriquecidos pobreza se puede asimilar a cuando no se es capaz de cubrir las aspiraciones y expectativas  de una cultura con sus bienes correspondientes, es decir, existe una PRIVACIÓN en el modo de vida que se refleja en no poder tener la vivienda, educación, seguridad o elementos de consumo que uno desea o incluso en situaciones de marginalidad, falta de empleo e ingresos que puedan tener repercusiones sociales considerables  provocando incluso determinadas desigualdades sociales.
Para esto existe un preparado sistema económico-social basado en políticas asistenciales. Es decir, podemos contar con una sociedad moderna y preparada para casos de marginación o de pobreza para países enriquecidos: la asistencia social ofrecida por las distintas administraciones, Bancos de alimentos, organizaciones no gubernamentales, ayudas económicas, prestaciones por desempleo, etc.
En cambio para los países empobrecidos pobreza se puede definir cuando no se tiene la posibilidad de cubrir las necesidades básicas para la supervivencia es lo que se denomina MISERIA y que se refleja mediante hambruna, mortalidad infantil, analfabetismo, deficientes servicios básicos de salud y sociales, desigualdad de género, infraviviendas, inaccesibilidad al agua potable, etc. Los datos son elocuentes:  



·         Más de 1.200 millones de seres humanos no tienen acceso a agua potable.
·         1.000 millones carecen de vivienda estimable.
·         Existen 840 millones de personas mal nutridas, de los cuales 200 millones son niños menores de cinco años y 2.000 millones de personas padecen anemia por falta de hierro
·          880 millones de personas no tienen acceso a servicios básicos de salud.
·          2.000 millones de personas carecen de acceso a medicamentos esenciales.
·         Para resumir, nada menos que el 80% de la población mundial vive en la pobreza
Para estos países nos preguntamos qué sistema es el que cubre la pobreza ya que no existe un sistema asistencialista. Se cuenta con la cooperación al desarrollo, un concepto caduco y mal utilizado. Podemos poner varios ejemplos que hacen que se empobrezcan cada vez más los países más débiles y crezcan las desigualdades. En España sin ir más lejos, dentro de la Ayuda Oficial al Desarrollo se integran las transferencias en gasto militar a terceros países o incorporan los créditos FAD (Fondo de ayuda al desarrollo) cuya función es dar apoyo a la internalización de las empresas de nuestro país. El hecho que la cooperación al desarrollo se gestione principalmente desde el Ministerio de Asuntos Exteriores también parece indicar que la cooperación responde fundamentalmente a los intereses del Estado y de las empresas con capital español, por encima de las lógicas filantrópicas o de justicia social. Por cierto, los créditos FAD los gestiona el Ministerio de Industria, Turismo y Comercio.  El caso europeo, sigue la misma lógica. Según la Constitución Europea, la política de desarrollo es un componente esencial de la política de acción exterior de la UE, que incluye la política de Seguridad Común y la política Comercial Común.
Ciertamente, hoy en día ya nada ni nadie escapa de los efectos negativos de la globalización económica, aunque obviamente, las oportunidades de salir a flote distan mucho de un rincón a otro del planeta. Curiosamente, mientras estos efectos son globales, las expresiones de cooperación y solidaridad se han ido extendiendo, alcanzando incluso a los actores más beneficiados por el sistema. Éstos ven en la supuesta cooperación que despliegan una forma de propaganda y de valor añadido a sus productos. De este modo, encontramos productos de comercio justo en grandes almacenes junto a nombres de empresas sobradamente conocidas por sus efectos desastrosos para las poblaciones empobrecidas, bancos que realizan viajes solidarios y marcas de ropa que, aunque sus productos se realicen en fábricas de centroamericanas o talleres clandestinos del norte de África, predican sus compromisos de Responsabilidad Social Empresarial. Así las cosas, parece que el modelo vigente ha conseguido doblar a las voluntades de las primeras expresiones de cooperación y solidaridad, apareciendo nuevas fórmulas que no sólo no pretenden cambiar las estructuras socioeconómicas del sistema, sino que se muestran como elementos integradores de éste.
Por tanto, siendo consciente que la situación económica actual nos quiebra un momento de bonanza en los países enriquecidos que ha provocado que se nos desborde nuestro sistema social, (servicios sociales de Ayuntamientos abarrotados, alto porcentaje de desempleo, incapacidad de la población para hacer frente a sus deudas, etc.), es decir, un mayor grado de privación, se hace patente que no sufrimos la misma pobreza que en países empobrecido que insistimos que su situación no es provocada por la actual crisis económica aunque ésta si que agrava la situación de pobreza que ya padecían.
Por ello consideramos que las ayudas efectivas, dirigidas a cubrir las necesidades básicas de la población, no sólo deben mantenerse sino debemos realizar un ejercicio de responsabilidad e incrementarla con el claro objetivo de minorar las desigualdades entre países. Se calcula que el 25% del PIB de los países enriquecidos provienen de los recursos de países empobrecidos. En cambio nosotros tenemos el compromiso de hace treinta años de llegar a la meta del 0.7 % del PIB para ayuda al desarrollo como se aprobó en la 34º sesión de la Asamblea de las Naciones Unidas.
Cada día se hace más urgente y necesaria la repolitación de la cooperación al desarrollo. Entender la cooperación como elemento de cambio, como instrumento para luchar contra las injusticias, requiere otros instrumentos y nuevas estrategias. Evidentemente que las acciones que se puedan llevar a cabo a través de la cooperación no van a transformar por si solas la realidad y sus injusticias, pero pueden favorecer a dar visibilidad a los efectos perversos del sistema y a generar una mayor conciencia sobre la insostenibilidad del mismo y la necesidad de romper con él para avanzar hacia nuevas formas que, bajo otros modelos de desarrollo, generen mayor equidad y justicia social.
En Vega de San Mateo a 29 de septiembre de 2010.

GREGORIO GONZÁLEZ VEGA
PRESIDENTE DE LA COMISIÓN DE SOLIDARIDAD
Y COOPERACIÓN CON LOS PUEBLOS DE LA FECAM

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